Tipos de desnutrición: Aprende, identifica y actúa
Seguro has escuchado hablar sobre la desnutrición. Quizá también has conocido a alguien que la padezca. Por increíble que se considere, aproximadamente el 45% de las muertes de menores de 5 años en el mundo, tiene relación con la desnutrición y se registran en los países de ingresos bajos y poblaciones en situación de pobreza, principalmente.
Pero la desnutrición es apenas una de las formas que existe de malnutrición, que también abarca la obesidad y el sobrepeso. Cuando hablamos de «malnutrición» nos referimos a los excesos o las carencias en el consumo calórico y de nutrientes. Justamente, la insuficiencia del consumo de alimentos, tanto en su cantidad como en su calidad; o la deficiencia de los minerales y las vitaminas esenciales para el desarrollo físico y mental, degenera en enfermedades como la desnutrición.
Hay varios tipos de desnutrición y hoy te explicaremos los tres más frecuentes y que están identificados en la mayor parte de los informes al respecto.
Desnutrición aguda
Refleja un proceso reciente y acelerado de pérdida de peso como resultado de períodos de hambre o enfermedad. Aumenta en un 90% las probabilidades de muerte en los niños que padecen desnutrición aguda severa por lo que requiere de una acción inmediata. En Colombia, este tipo de desnutrición, tanto moderada como severa, es considerada como una urgencia para niños menores de cinco años, por lo que existe la obligatoriedad en la atención por parte del sistema de salud.
Desnutrición por deficiencia de micronutrientes
También conocida como “Hambre Oculta”. En esta forma de malnutrición, aunque es posible que haya un consumo “normal” en la cantidad de alimentos, se da como consecuencia de una deficiencia de micronutrientes (vitaminas y minerales) necesarios para el crecimiento y desarrollo del cuerpo, lo que indica que no hay calidad en la nutrición. Actualmente este es el tipo de desnutrición más generalizado a nivel mundial.
Retraso en talla
Finalmente, el retraso en talla o desnutrición crónica afecta la talla de las personas con relación a su edad y suele pasar desapercibida. Es el resultado de un consumo deficiente de alimentos durante un tiempo prolongado en la niñez, por lo que afecta su óptimo proceso de crecimiento y desarrollo, y tendrá consecuencias en la vida adulta. Pese a que no se considera una emergencia médica, dado que no pone en riesgo directo la vida de los niños, se considera una emergencia social, porque sus secuelas son irreversibles en la vida académica y productiva de quienes la padecen. Un niño que haya sufrido de desnutrición crónica, será un adulto con 14 puntos menos de coeficiente intelectual y percibirá 50% menos de ingresos en promedio.
La meta trazada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible: “Hambre Cero”, también implica que la satisfacción de esa necesidad venga acompañada de estrategias y programas para que las diversas formas de malnutrición se reduzcan a su mínima expresión. Los Bancos de Alimentos del país trabajamos día a día, no solo en la distribución a población vulnerable de alimentos con alto valor nutritivo, sino también en la puesta en marcha de proyectos productivos que permitan a la población fortalecer su soberanía alimentaria como un camino para combatir los diferentes tipos de desnutrición.
Desde la Alianza por la Nutrición Infantil “Alimentando sueños”, hemos identificado 50 acciones basadas en la evidencia que nos permiten actuar desde diferentes frentes para eliminar la malnutrición de los niños y niñas en Colombia y ser el país latinoamericano con los mejores indicadores de nutrición infantil para el 2030. Te estaremos compartiendo más información en otros artículos y en las Redes Sociales de la Alianza.
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